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Foto del escritorNaomi Cordero

Escucha Bien, Decide Bien: Lecciones de Sabiduría Bíblica para la Vida Diaria

¿Te gustaría ser como Salomón, un hombre que no solo poseía sabiduría en abundancia, sino que vivió una vida colmada de bendiciones, seguridad y éxito? Su historia, llena de decisiones guiadas por un profundo discernimiento, sigue siendo hasta hoy un modelo de referencia. En esta columna, te comparto cómo puedes hacer de la sabiduría tu aliada para vivir con propósito. El escuchar y decidir puede parecer sencillo, pero la verdad es que encierra un profundo significado y un proceso que requiere reflexión y atención.


La opinión pública en Internet e incluso nuestra mente, nos bombardean constantemente con “decisiones rápidas” que pueden llevarnos a actuar sin pensar. Pero la Biblia nos enseña algo esencial que va en contra de esta prisa y ruido: la sabiduría de escuchar bien para decidir bien.


¿Por qué es tan importante escuchar? 

La diferencia entre oír y escuchar se hace evidente en cada momento crucial de nuestras vidas. Oír es pasivo, pero escuchar es un acto consciente. En la Biblia, este acto de escuchar de corazón y con atención es clave. El apóstol Pablo nos recuerda en Romanos 10:17: “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Es decir, para tener fe, necesitamos escuchar. Y no es solo escuchar cualquier voz, sino escuchar a Dios a través de Su Palabra y Su guía.


La sabiduría de Dios vs. nuestra propia prudencia

Tomemos como ejemplo al rey Salomón. Cuando Salomón asumió el trono, se encontraba en una situación que habría superado a muchos líderes. En lugar de apoyarse en su propia prudencia, Salomón oró y pidió a Dios un "corazón entendido para juzgar a Su pueblo" (1 Reyes 3:9). Este deseo de discernir antes de actuar —de escuchar primero— es lo que lo llevó a ser recordado como el rey más sabio de Israel. Salomón entendió que, para decidir bien, debía buscar primero la voluntad de Dios y no confiar en su propio entendimiento.


La Biblia nos invita a hacer lo mismo. En Proverbios 3:5-6 leemos: “Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas”. La verdadera sabiduría radica en escuchar y depender de la guía de Dios antes de tomar cualquier decisión.


Escuchar a Dios en un mundo que nos Llama a la prisa

En nuestro día a día, la prisa suele ser la primera en empujarnos a tomar decisiones impulsivas. Es fácil dejarnos llevar por nuestras emociones. Pero escuchar bien implica ser pacientes y esperar la guía de Dios. En Santiago 1:5, se nos da una promesa: “Si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. Esta invitación a pedir sabiduría nos recuerda que no tenemos que tomar decisiones solos; Dios está dispuesto a guiarnos si se lo permitimos.


Consejos prácticos para escuchar bien y decidir bien

  • Dedica tiempo a la oración y la meditación.


A menudo, las respuestas de Dios llegan cuando estamos en silencio y dispuestos a escuchar. Jesús mismo se apartaba a orar antes de tomar decisiones importantes, y Su vida nos muestra que escuchar la voluntad de Dios nos da claridad y paz para actuar.


  • Busca consejo en personas sabias y maduras en la fe.


Dios puede usar a personas que nos rodean para hablarnos y darnos dirección. Proverbios 19:20 nos recuerda: “Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días”. Estar abiertos a escuchar a otros nos ayuda a ver situaciones desde diferentes perspectivas.


  • Evita tomar decisiones impulsivas.


En lugar de dejarnos llevar por la emoción del momento, es importante esperar y discernir. Como nos enseña el apóstol Juan en 1 Juan 4:1: “No crean a todo espíritu, sino prueben los espíritus para ver si son de Dios”.

La Bendición de Decidir con Sabiduría


Al final, escuchar bien nos lleva a decisiones que reflejan la paz y la voluntad de Dios se cumple. Tomemos el ejemplo del hombre sabio (Mateo 7:24), quien escuchó las palabras de Jesús y las puso en práctica, construyendo así su casa sobre la roca. En contraste, el hombre que no escuchó y actuó sin base estable sufrió las consecuencias de sus decisiones. Así que, la próxima vez que te enfrentes a una decisión importante, detente y escucha. Pregunta a Dios, busca Su sabiduría, y ten la paciencia de esperar Su respuesta.


Recuerda: La promesa es que, cuando escuchamos con un corazón dispuesto y buscamos Su guía, Dios enderezará nuestras sendas y nos llevará por el camino que realmente debemos seguir.


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