En el blog anterior ya hablamos sobre las razones por las cuales el Movimiento Carismático terminó siendo expulsado de la iglesia Católica. Ese evento hizo entender a los líderes de la Renovación que el plan de Dios para con ellos era algo muy distinto a lo esperado. Luego de ser expulsados, los hermanos oraron y se confortaron los unos a los otros, y acordaron reunirse en la casa del hermano Lincoln Avilés, quien ofreció gustosamente su marquesina como lugar de reunión.
A los líderes del Movimiento Carismático se les conocía como “servidores” ya que denota el propósito y la posición de todo aquel que viene a los pies de Cristo, pues somos sus siervos y estamos llamados a servir. Sin embargo, las Escrituras ordenan que cada iglesia debe tener un pastor (Tito 1:5). Por tal razón los servidores, reunidos en oración, buscaron dirección de parte de Dios referente a quién, entre los hermanos servidores, sería el que tomaría la dirección del grupo. Para esta función Dios destinó al hermano David Aponte Miranda, quien fue elegido como primer pastor de la iglesia, y el hermano Marcelino Pérez como el primer co-pastor.
También surgió en los servidores el deseo unánime de ser bautizados en las aguas y así cumplir con el mandato de Jesucristo de dar testimonio público de la fe profesada, y para esto Dios utilizó al pastor Israel Vázquez, de las Asambleas de Dios en San Germán. Vázquez impartió las primeras instrucciones bautismales al grupo de servidores y ofició el primer bautismo de líderes el cual se celebró en la Iglesia Aposento Alto del barrio Maní de Mayagüez el 14 de octubre de 1978. Ese mismo año el pastor Israel Vázquez ofició el segundo bautismo para los hermanos que ya componían la primera membresía de la iglesia, el cual se llevó a cabo el 15 de noviembre de 1978 en la playa de Aguada. En este bautismo participaron cerca de 103 hermanos.
Ese mismo día el pastor Israel Vázquez ordenó oficialmente a David Aponte como pastor oficial de la iglesia. La iglesia fue registrada como una corporación sin fines de lucro en el departamento de Estado del Estado Libre Asociado de Puerto Rico el día 29 de noviembre de 1978 en el registro #10212. Han pasado más de 45 años desde el origen de la Iglesia Carismática, la cual se sostiene gracias a la misericordia y el poder de Dios.
Si preguntaran ¿Qué nos hace diferentes?, contestaría que somos, al igual que el resto de la iglesia de Cristo, un pueblo redimido por su sangre, regenerado por su Espíritu Santo, que anhela cumplir la voluntad del Padre. Pero lo que hemos narrado en esta historia demuestra que como comunidad de creyentes tenemos un origen distinto al de nuestros hermanos pentecostales, y una historia distinta que lo evidencia.
Como creyentes que hemos experimentado la misericordia de Dios la cual nos alcanzó aun estando sumergidos en un sistema meramente religioso y erróneo como lo es el catolicismo romano, esto nos mueve a ser entendidos con aquellos que aún están sumergidos en ese sistema. Podemos entender sus temores, dudas, y desconocimiento de las Escrituras. Podemos ser empáticos con sus necesidades espirituales.
Somos el pueblo de Dios llamado a impartir de su luz divina a los que aún están en tinieblas mediante la exposición del Evangelio de Cristo contenido en las Escrituras. Somos los brazos que están prestos para recibir a todo el que se acerca a Cristo. Somos el pueblo de Dios. ¿Cómo terminará esta historia? De eso hablaremos en la eternidad.
Yo me convertí en un culto en una casita a la orilla de una estrecha carretera donde vivían dos hermosos ancianos en el municipio de Las Marías mi pueblo natal en el 1982. Un año después me fuí a vivir al pueblo de Añasco y fuí invitado a visitar la iglesia carismática que habían construido en el patio del hermano Víctor y su esposa la hermana Lidya. Allí pastoreaba el hermano Eladio Hernández hasta el día de hoy. Allí crecí en el conocimiento de la palabra de Dios y experimenté el amor de toda una hermosa congregación. Fue una experiencia extraordinaria sentir el amor de Dios a través de cada hermano. Nuestro pastor pasó a ser presidente de la Hermandad…
Dios se glorificó estamos en victoria